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La Gabarra
Las 2 Celebraciones
PRIMERA CELEBRACIÓN (Campeonato de Liga 82-83).

El 3 de mayo de 1983, todo estaba listo para el recibimiento.

Bizkaia entera estaba de vestida de rojiblanco. Colegios y Universidades habían suspendido las clases. En los talleres y oficinas era el único tema de conversación posible. Hacerse con un trozo de tela rojiblanca para confeccionar una bandera era tarea imposible. Todo agotado.

Los jugadores y directiva salieron a las cuatro de la tarde del Real Club Marítimo del Abra y en el Embarcadero de Las Arenas les esperaba la gabarra nº1 engalanada que había sido rebautizada para siempre como gabarra ATHLETIC a toda prisa para la ocasión. El gentío era mayúsculo. Cerca de un millón de personas salieron a su encuentro en los márgenes de la ría. Nunca se había visto nada igual.

Los obreros de las fábricas, los trabajadores de los Altos Hornos, de la Naval, los escolares y universitarios, aficionados al fútbol o no, vizcaínos de cualquier edad y condición, toda Bizkaia estaba allí.
Las dos celebraciones
La gabarra ATHLETIC recién bautizada en mayo de 1983
La gabarra arrastrada por el remolcador “Amaya” subía majestuosa por la ría escoltada por las traineras vizcaínas y rodeada por un sinfín de embarcaciones de todo tipo: gasolinos, balandros, botes…cualquier cosa que flotaba era apta para tal menester, y nadie se quería perder el acontecimiento. Txarangas, bombos, sirenas y bocinas jamás habían sonado con semejante pasión.

Acababa de nacer la comunión perfecta, ideal, mayúscula, entre un equipo de fútbol y su afición. El Athletic y un pueblo entero unidos en perfecta armonía a través de una gabarra. Volvíamos a ser caso único en el futbol mundial.
Las dos celebraciones
En 1983 la gabarra ATHLETIC llegando al Puente de San Antón
La multitud se agolpaba en los muelles, en los puentes, cualquier farola servía para auparse y ver el espectáculo.

Al llegar a Bilbao se iba formando un embudo donde la efervescencia y el bullicio iba aumentando. El puente de Deusto, el de la Salve, del Ayuntamiento, el del Arenal… se habían convertido en los mejores palcos y tribunas.
Las dos celebraciones
Ari! Ari! Ari! Clemente Lehendakari!
La gabarra ATHLETIC finalizó la singladura junto al Puente de San Antón haciendo honor al secular símbolo bilbaíno que compone el escudo de villa y del club.

Posteriormente la comitiva se subió al camión, el vehículo que antaño había transportado a los leones en otras tantas celebraciones. Desde aquí a Begoña, donde el capitán, entrenador y presidente hicieron una ofrenda floral a la amatxu de los vizcaínos. Finalmente llegó la apoteosis, cuando la marea humana rojiblanca se agolpaba frente a la balconada del Ayuntamiento para aclamar uno a uno a todos los jugadores del equipo campeón. No se había visto nunca nada comparable.
SEGUNDA CELEBRACIÓN (Campeonato de Liga 83-84, Copa del Rey y Supercopa).

La temporada 83-84 el Athletic asumía el reto de superarse a sí mismo. Tocaba levantar la moral de un Bilbao sumido en la tristeza tras haber sufrido las devastadoras inundaciones de Agosto.

El veterano capitán Dani sufrió una grave lesión que le mantuvo más de dos meses sin jugar y Goikoetxea era injustamente sancionado durante 18 jornadas tras haber lesionado a Maradona. Pero el equipo del rubio de Barakaldo tiró de casta y de oficio y acabó cuajando una grandísima temporada.

Ganó la Liga en la última jornada ante la Real Sociedad. Liceranzu abría el marcador con el gol 3000 del Athletic en Liga. Peio Uralde hacía enmudecer temporalmente a un San Mamés que guardó silencio sepulcral hasta que minutos después enloquecía tras otro remate certero del mismo Rocky.
Las dos celebraciones
La gabarra ATHLETIC pasa por debajo del Puente de Deusto en 1984
Como colofón el Athletic devolvía la Copa del Rey a Bilbao en la inolvidable final de la tangana en el Bernabeu ante el Barcelona de Menotti gracias al providencial gol de Endika en el minuto 13.

Tocaba volver a la ría a celebrarlo.

Con el mismo guión que el año anterior la gabarra ATHLETIC volvía a ponerse las mejores galas y transportar el mejor tesoro imaginado: Liga, Copa y Supercopa.

Era el 7 de mayo de 1984.

Esta vez se superaron las previsiones y expectativas. La mayor concentración humana jamás conocida en Bizkaia volvió a la calle para celebrar los triunfos del Athletic txapeldun. Más de un millón de corazones rojiblancos entonando al unísono la mejor melodía jamás escuchada, el delirio colectivo.
Las dos celebraciones
Los jugadores arropados por su afición junto al Mercado de la Ribera
Para todos los que disfrutamos aquel espectáculo siempre ha habido un antes y un después. La gabarra marcó para siempre nuestra vidas.

Ningún club del mundo celebra así los títulos. Hay Cibeles, Canaletas y Neptuno. Nada que objetar a las libres maneras de expresar la alegría. Pero nada es comparable a la gabarra. En Bilbao somos diferentes hasta en eso. Marca de la casa. Athletic, afición y Gabarra. La Santísima Trinidad. Padre, Hijo y Espíritu Santo de Bilbao. Triangulo perfecto.

La gabarra es la expresión máxima de unión entre el Athletic y su afición.

Los afortunados que vivimos aquellos momentos mantenemos en la memoria esas imágenes imborrables y conservamos la esperanza de que las nuevas generaciones lo puedan conocer pronto para mantener viva la llama de la filosofía del Athletic.

Ha sido la última celebración…pero confiamos en que habrá otras más. Y para todos los aficionados del Athletic la larga espera habrá merecido la pena.